Xocomil


Xocomil




El Parque Aguático Xocomil (Chocomilk, para los cuates), es un parque donde los trabajadores guatemaltecos pueden divertirse sanamente. Forma parte del complejo recreativo de San Martín Zapotitlán (tierra de los sapos) junto con el parque de diversiones Shitulul y los Hostiles del IRTRA. Sobresale por su temática maya.

Etimología 
 La raíz del nombre Xocomil es ampliamente discutida y se han aportado diversas hipótesis al respecto; sin embargo, dos de ellas sobresalen: la primera es que proviene de una raíz mayense que significa "viento fuerte que sopla sobre el agua" en alusión a una vieja leyenda maya sobre los vientos de Atitlán. Sin embargo, la hipotesis más aceptada es que proviene del anglosajón "Chocomilk" o leche con chocolate, ya que el agua queda de el color de dicho producto luego de que los niños incontinentes se sumergen en ella.

Historia
El parque fue creado por Douglas ARRIOLA en 1997 por una de las principales organizaciones del Eje del Mal en Guatemala, el IRTRA (Instituto Recreativo de practicantes del Tarot, Rabdomancia y Astrología) comandada por el guetto Sinibaldi, parte de la más alta obligarquía guatemalteca.
El fin de la creación del parque era adormecer a los esclavos trabajadores de la empresa privada para que se sometieran a la voluntad de los más altos jefes. El plan tuvo exito, pues la gente comenzó a peregrinar extasiada a ver los enormes rostros mayas en los muros de los cuales brotaban chorros de orina agua, sin saber que esas figuras eran mecanismos de hipnosis.
Al principio solo fueron afectados los empleados de las empresas privadas, gracias al dichoso carnet de empleado por el que nos huevean el 1% del sueldo, pero pronto más personas se sumaron. La fama del parque fue tal que casi toda familia desde la clase media baja hasta la alta hacía su peregrinación anual al parque. Incluso los centros educativos organizaban excursiones en las que los jóvenes se divertían con actividades infantiles. A simple vista, todo parecía estar bien. "Al fin hay algo bueno en Guatemala" decían todos. Sin embargo, todo era una fachada con el dominar al país manteniendo a la población entretenida con las bellas atracciones como toboganes, piscinas, murales, gringas buenas, y similares. Y el plan efectivamente funcionó. Por ello casi el cien por ciento de la población guatemalteca actual incluyendo a tu hermana , tu madre y a ti se conforma con trabajar en la Megapaca por 200 míseros dólares al mes, siempre y cuando reciba beneficios como ingresar gratis a este parque acuático. Posteriormente junto a Xocomil surgió otro método de control aún más ambicioso conocido como Parque de Diversiones Shetulul Xetulul, el cual es aún más maligno.

Atracciones
A pesar de que Xocomil es un mecanismo de control de las masas, al guatemalteco promedio no le importa ser dominado siempre y cuando se le permita el acceso a las simpáticas instalaciones del parque acuático. A continuación se señalan las más conocidas.


Piscina de olas
La piscina de olas es una piscina donde hay olas. Las olas se pueden disfrutar sobre un ergonómico flotador, o bien, simplemente estando de pie sobre el fondo. Sin embargo, esta ultima actividad ha sido poco recomendada por la OMS debido a que se corre el riesgo de morir aplastado entre dos flotadores, o de pasarte de las boyas y que un salvavidas te reprenda.



El río 
Una de las atracciones más visitadas; el antro por excelencia de las abuelitas, los niños autistas y las parejas ávidas de demostrarse su amor debido a sus calmadas y relajantes corrientes. En su recorrido se pueden apreciar representaciones de la vida del maya antiguo, y además se encuentran hermosas caras de piedra de cuyas bocas mana un líquido de efectos relajantes cuando cae en la espalda.



Tobogán familiar
El tobogan familiar es el epítome de la diversión en la familia. En sus enormes balsas pueden ir hasta 5 personas las cuales se divierten mucho en cada curva y recodo del recorrido. Sin embargo, la alta velocidad del trayecto genera altas dosis de adrenalina, lo cual puede ser contraproducente. Además no se recomienda colocar al padre (especialmente si es gordo) frente a un niño, ya que este ultimo podría morir aplastado si el primero se suelta. Tampoco se recomienda su uso a las personas con una fortaleza muscular comparable a la de una rata moribunda con síndrome de fatiga crónica, pues quien no logre sujetarse bien corre el riesgo de salir disparado y sufrir una estrepitosa caída.





Caída libre (Xibalba) 
Este tobogán no tiene el nombre del infierno maya por gusto. El subirse a este requiere de grandes cojones y que la persona sea un auténtico macho. Sin embargo, aún si no te subes, este tobogán es muy divertido debido a los espectaculos que ofrece la gente que se atreve a subirse a el. Por ejemplo, es muy común que la pieza superior del bikini femenino se suelte, dejando a la vista material no apto para toda la familia. Además es común que debido a la velocidad, el bañador quede hasta el nivel del cuello, con el consiguiente dolor de ojete, en un efecto similar al popular calzón chino.





El regresón 
Este tobogán genera un efecto visual en el que pareciera que la persona saldrá disparada del tobogán, pero regresa justo antes de que eso suceda. Es uno de los juegos más populares, y siempre genera comentarios del tipo "les juro que casi me salgo, hasta un pie me quedó afuera".



Rápidos de Xocomil 
Este juego es uno de los más entretenidos. Aunque llegar a la cima del tobogán es toda una odisea, ya que es el más alto, las recompensas son amplias. Por ejemplo, siempre está la oportunidad de ligar con alguien bajo el pretexto de "hagamos una carrera a ver quién llega antes". Estas competencias son muy populares al grado de que se este considerando convertirlas en deporte nacional. La AGG (Asociación guatemalteca de Gordos) aprueba la propuesta, ya que es un deporte en el que sus afiliados tienen ventajas, pues su peso les proporciona mayor velocidad en la caída.





Caracol 
El Caracol es uno de los juegos más populares. A pesar de que es muy aburrido y de que siempre te quedas atorado, todos lo adoran. Aunque esto parece una contradicción, psicólogos de la Universidad de San Carlos creen tener la respuesta. Y es que el caracol al ser analizado estructuralmente es una copia casi exacta de un inodoro, con tanque, taza y sifón incluido. Los psicólogos creen que la gente adora subirse al caracol debido a una psicosis colectiva que los hace sentirse a gusto imaginándose siendo un trozo de materia fecal.








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